«Sin Querer Queriendo», la comentada serie biográfica sobre Chespirito de Amazon Prime, se está transformando en una de las “pasadas de factura” mejor planificadas de la historia. Están destruyendo la imagen y el legado de Florinda Meza, y de pasada se llevaron puesto a Carlos Villagrán.
Villanos de caricatura.
En “Sin Querer Queriendo” los “malos” están clarísimos: Florinda Meza (Margarita Ruiz en la serie) y Carlos Villagrán (Marcos Barragán en la serie), justamente los dos miembros del elenco de Chespirito a los que tuvieron que cambiarle los nombres por motivos contractuales. A Florinda la dejaron como trepadora, tóxica, rompe hogares, y como principal responsable del desarme del equipo histórico. A Villagrán lo muestran como un narcisista al que la fama se le subió a la cabeza, que sobrevaloró la importancia de su personaje y se creyó capaz de seguir triunfando sin Chespirito.
Una pasada de cuenta muy bien pensada.
Quizás “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena», como decía el Chavo. Sin embargo, queda la sensación que la familia Gómez Fernández quiso correr el riesgo y diseñó la serie para saldar viejas cuentas con Florinda Meza. Aquí la venganza se sirvió fría, en bandeja de plata y con guante blanco. El contraste entre la lealtad y dignidad de Graciela Fernández, la primera esposa de Chespirito, y las actitudes manipulativas y tóxicas del personaje de Florinda es brutal.
Un detalle significativo: Macarena García, la actriz que hace de Graciela en su juventud, es nieta de Anabel Gutiérrez, actriz que tuvo importantes conflictos con Florinda Meza en su momento. La participación en cameos de Edgar Vivar y María Antonieta de las Nieves en «Sin Querer Queriendo», los otros dos sobrevivientes del elenco histórico, lleva a pensar que ambos dieron su aprobación al contenido, aunque sea en forma tácita.
Razones no faltaban.
Lo de Florinda bien se puede calificar como “karma”. Aparte de todo lo que implica el quiebre de un matrimonio con seis hijos, Florinda se despachó declaraciones desafortunadas y poco empáticas, como ésa cuando, en una entrevista con Gómez Bolaños a su lado, afirmó que «tenía 7 grandes defectos, seis hijos y una esposa», algo que obviamente no cayó bien en el entorno de los Gómez Fernández.
Más “chancluda” que nunca.
«Sin Querer Queriendo» terminó dañando, quizás de forma irremediable, la imagen y el legado de Florinda Meza, quien está siendo severamente “funada” y “cancelada” en redes sociales, donde incluso existen peticiones para retirar una estatua de ella en su pueblo natal. Esto, además, hunde a Villagrán, que nunca pudo repetir el éxito que tuvo en la vecindad en sus programas posteriores, terminó encasillado en el rol de Quico, al punto que, hasta el día de hoy, con 81 años, sigue haciendo shows vestido con el mítico traje de marinero.
Chespirito no fue inocente ni mártir en esto.
Gómez Bolaños creó uno de los productos televisivos más entrañables de todos los tiempos, pero nunca supo lidiar con el éxito de su monstruosa creación. Fue un genio como actor y libretista, pero como líder de grupo dejó algunos pendientes importantes: no pudo gestionar los egos de Florinda Meza y Carlos Villagrán, se le desarmó el equipo en su mejor momento, no correspondió lo suficiente la lealtad de María Antonieta de Las Nieves y, lo peor de todo, descuidó a su esposa y a su familia, y cayó redondito en las redes de Florinda Meza, quien era 20 años menor que él.
Faltan las versiones de Florinda y Carlos.
Creo que lo justo es que los dos “villanos” de «Sin Querer Queriendo» tengan la opción de contar su versión de los hechos. La de los Gómez Fernández, una de las venganzas mediáticas mejor logradas de la historia, los deja muy mal parados, y lo que corresponde es que tengan una instancia similar para hacer sus descargos.
A casi 11 años de la muerte de Chespirito, su imaginario sigue dando de qué hablar, y tal parece que tiene cuerda para rato.
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